Tu nombre huele al acero que marca la hora siempre tarde.
Los 5 minutos que faltan, la baldosa floja.El agujero del bolsillo que no quiero coser.
Se me cuelan los dientes entre hilos de sal.
Y tu nombre ya no me sabe a mañanas de café con leche.
Una rima y la palabra amor.
Supongamos que hay un cielo azul y luna llena.
Supongamos que estamos juntos y tu nombre es canción de cuna para mis ojos cansados.
Vos estas cerca, te siento parpadear. Se erizan los bellos de tu brazo y vamos adentro.
Esta ordenado y ya tu nombre sabe a chocolate con vainilla.
A pomelo con un toque de limón. Fresco y brisa, con hielo en la boca y sudor.
Suena la heladera, una canilla goteando y tu pensamiento que supongamos: dice cosas lindas.
Plop!
Volve a la realidad.
Nadie dice nada en el valle de las raíces cuadradas.
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